El rafting es uno de los deportes aventura más populares de los últimos tiempos. Consiste en deslizarse por aguas rápidas en un gomón rígido o semirrígido, por cursos de agua que pueden tener saltos de distinta altura. El rafting se practica a nivel mundial, y según el grado de dificultad se clasifica del uno al cinco, siendo este último el más peligroso, pues se realiza en aguas consideradas no navegables. Las aguas aptas para el descenso suelen ser conocida como “aguas blancas” por la espuma que se forma en las turbulencias y remolinos del agua.
Mendoza se encuentra surcada a lo largo y a lo ancho por numerosos ríos, producto de los muchos deshielos que se generan desde la Cordillera de los Andes y de las aguas que brotan de los numerosos reservorios subterráneos de la región. Uno de los sitios preferidos por los deportistas para la práctica del rafting es el río Atuel. El mismo nace a unos 3500 m de altura entre las elevaciones de los Andes, y su principal fuente de caudal es el Glaciar de las Lágrimas. Gran cantidad de obras de ingeniería hidroeléctrica se han llevado a cabo el curso del río Atuel como el dique nivelador Rincón del Indio, o el dique nivelador Negro Quemado. Uno de los mejores segmentos del río Atuel para la práctica del rafting es el Cañón del Atuel, entre el embalse Valle Grande y la presa del Nihuil, a lo largo de unos 160 km.
Dónde practicar rafting en Mendoza
Para la práctica del rafting en este tramo del río es necesario acercarse hasta Valle Grande, distante 40 km de San Rafael, importante ciudad del centro de la provincia. Este curso de agua está abierto para el deporte todo el año, aunque durante el verano y la primavera se podrá apreciar el verde y la increíble biodiversidad de la zona en todo su esplendor. El grado de dificultad oscila entre 2 y 3, es decir bastante adecuado para quienes se están iniciando en esta disciplina. El tramo que la mayoría de las empresas operadoras turísticas en la región suelen ofrecer varía entre 10 y 16 kilómetros, y puede ser realizado en un lapso de dos horas. Uno de los puntos más importantes para quien desee aventurarse en esta divertida disciplina es escuchar con atención las charlas de seguridad, y usar el equipamiento provisto para obtener la máxima diversión minimizando los riesgos.
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