Vinos mendocinos con filosofía
Los vinos biodinámicos son aquellos elaborados según los principios definidos por el filósofo Rudolf Steiner, padre de la agricultura biodinámica.
Para él las bodegas, huertas o granjas son organismos complejos cuya dinámica natural incluye a los animales y al hombre. Quienes forman parte de un sistema que hay que preservar.
La elaboración de estos vinos requiere especiales recursos y mucho cuidado de la viña, incluso más que en la elaboración de los vinos ecológicos y orgánicos. La principal idea de este proceso es estimular la salud de la viña, para que las enfermedades no sean un problema.
En Mendoza podemos identificar – en las diferentes zonas vitivinícolas – varias bodegas alineadas a este método. Utilizando una interacción entre los suelos, la planta y los animales. Y controlando que todo el proceso constituya un sistema equilibrado en concordancia con los sucesos astrales, como lo son las fases lunares.
Una de las bodegas destacada por sus vinos biodinámicos es SuperUco, ubicada en la maravillosa región de Valle de Uco. Esta bodega no utiliza fertilizantes, agroquímicos, insecticidas o herbicida alguno para mantener la vid.
Así como en la naturaleza – donde no existen vértices ni líneas rectas, sino todo confluye de manera cíclica y circular – diagramaron un diseño de estructura circular para todos sus espacios. Para la plantación de los viñedos, la huerta orgánica familiar y también los corrales de sus animales.
Además, la bodega es en sí un octógono. Cuyo centro circular conecta diversos senderos, a modo de espejo de la propia experiencia existencial de toda vida.
SuperUco se emplaza a 1.200 metros sobre el nivel del mar, donde influyen equilibrados dos factores: la altura y el carácter pedregoso de la tierra.
Allí las plantas viven noches frías y días de mucho sol; esto hace que las uvas engrosen su piel, brindando mayor intensidad al fruto (en color y sabor). En paralelo, las raíces de los viñedos crecen apretadas entre las piedras. Esto otorga a los vinos un carácter mineral único!
La fertilización se realiza de forma natural, a través de un preparado llamado compost (preparado de tierra compuesto por la materia sólida que se extrae en la fermentación – ramo, pieles, semillas – más estiércol de caballo, estiércol de gallo, yuyos y pasto -). El compost se prepara y se fermenta durante todo un año, hasta que logra transformarse en materia orgánica o tierra turba.
Lo más novedoso: todo el proceso se rige bajo un calendario astronómico que señala las épocas de plantación y cosecha de la uva. Esta “agenda” está especialmente influenciada por los estados de la luna, la cual cumple un rol fundamental en cada una de las etapas.
El proceso en bodega también es diferente a los usados tradicionalmente: la cosecha se realiza de forma manual y la fermentación es realizada con levaduras propias de la uva (levaduras indígenas). Éstas son las encargadas de transformar el azúcar en alcohol; lo que decanta en un vino joven, fresco y frutal.
Por último, para certificar una bodega como “biodinámica”, debe ser primero orgánica y luego debe tramitar su calificación a través de la Fundación Deméter, quien evaluará tanto los viñedos como los procesos de elaboración para avalar tal cualidad.
Imposible de explicar, merece sin dudas degustar en primera persona!
Definitivamente se trata de vinos trascendentes, donde aromas y sabores se abrazan al ritmo de todo lo que fluye. Todo lo vital, ese todo.
Nota: Algunas Bodegas Biodinámicas para visitar en Mendoza:
- Alpamanta, Krontiras y Chakana, en la región de Lujan de Cuyo
- Escorihuela Gascon, en el Gran Mendoza
- Ernesto Catena Vineyards, y SuperUco, en el Valle de Uco.