En invierno el Aconcagua no es casi visitado. Su temperatura nunca asciende los 0° C, además de ser azotado por fuertes vientos y temporales de nieve constantes. En los lugares sombríos de la montaña se registran temperaturas extremadamente bajas. Una ascensión al Aconcagua en invierno sería una prueba psicofísica muy importante y para eso se necesita un buen equipo, además de mucha confianza, experiencia y un permiso especial muy difícil de conseguir.